Reuniendo todas sus fuerzas, el cachorro enfermo se sienta para tranquilizar a su madre, asegurándole que todo estará bien.

Para los humanos, la vida en las calles puede ser bastante terrible. Los animales también se ven privados de alimento, refugio y agua potable. Muchos grupos intentan ayudarlos alimentándolos u ofreciéndoles refugio cuando sea posible. Conoce Animal Aid, una maravillosa organización benéfica que ayuda a los animales y hace un trabajo fantástico. Las organizaciones benéficas de animales apoyan a los animales callejeros de diversas formas en todo el mundo. Por ejemplo, Animal Aid hace todo lo posible para albergar y alimentar a los animales, además de brindarles tratamiento médico.

Animal Aid  recibió una llamada sobre un cachorro que padecía sarna aguda. La sarna suele ser difícil de curar, incluso con mucho amor y cuidado. Su enfermedad había progresado hasta el punto de perder el cabello, lo que la hacía vulnerable a infecciones secundarias, parásitos y quemaduras solares. Para ayudar al perro, Animal Aid envió voluntarios. Las ofertas cariñosas llegaron a raudales ya que obviamente tenía hambre, pero no tenía intención de que la recogieran.

La perra estaba en la calle porque era madre primeriza. Fue necesaria mucha persuasión y golosinas para perros, pero el voluntario finalmente pudo hacerse cargo de mamá. Había llegado el momento de apoderarse de sus cachorros.

Cuando descubrieron a los cachorros de mamá, padecían sarna y Coco tenía una salud terrible. Nuestro voluntario recogió al cachorro más débil y se lo llevó a su madre para rescatar a ambos perros. Coco tendrá la segunda oportunidad en la vida que tanto se merece.

Colocaron a mamá en la mesa de exploración. Su piel estaba plagada de sarna. Requirió pomada antibiótica tópica y baños medicinales de forma regular. Pensaron que con su dedicación y alimentación adecuada ella se recuperaría por completo. Mamá estaba aterrorizada, pero el personal médico hizo todo lo posible para calmarla.

Coco también fue examinada. Tenía bajo peso y lentitud, por lo que el equipo médico que le administró la terapia tópica en la piel le brindó mucho consuelo y cariño. El perro requeriría baños dermatológicos de forma periódica. Afortunadamente, en estas circunstancias, los propietarios permitieron que tanto la madre como el bebé permanecieran en el centro de rescate durante el tiempo de curación.

Después de un tiempo, los perros se sintieron lo suficientemente cómodos como para comer su primera comida. Mamá y Coco no estaban acostumbradas a estar enjauladas ni a tratar con humanos de esta manera, pero el voluntario se arrodilló con la mejor de las intenciones: darles un buen plato de comida. Cuando los perros empezaron a comerlo, la sensación de calidez en la habitación se disparó, especialmente entre los voluntarios.

Aunque los perros estaban seguros, se encontraban en un entorno desconocido. Coco, que era pequeña y frágil, se aferraba a su madre cada vez que tenía la oportunidad. Sólo podía dormir acurrucada en el cuerpo de su madre. Fue impresionante presenciarlo. Su amor era palpable e innegable.

Coco y su mamá mejoraron significativamente después de un par de semanas de dura terapia. Coco incluso tenía energía para jugar, lo que enloquecía a mamá. Los voluntarios quedaron desconcertados cuando sucedió lo más dulce a continuación. Coco vigilaba de cerca a su madre y emulaba todo lo que hacía. Coco se frotaba la oreja si mamá le rascaba la suya. Coco se sentaba a rascarse si mamá lo hacía. Coco no apartó la mirada de su madre, lo cual fue maravilloso.

¡Muchas gracias por el maravilloso trabajo que Animal Aid hace por los animales necesitados! Mire su video a continuación.

¡Mira esta conmovedora historia con un final MUY feliz!

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